sábado, 26 de enero de 2008

jueves, 3 de enero de 2008

Interpretación de una cuarteta de Wang Wei

..."El poema, titulado, El Lago Qi, tiene por tema una escena de despedida. La escena es descripta por una mujer que acompaña a su marido hasta el borde del lago tocando la flauta. Mientras ella permanece en la orilla, el hombre se aleja en barca en un largo viaje. Eso es lo que indican los dos primeros versos. El tercer verso dice que en un momento dado, en el corazón del lago, ya lejos, el hombre se da vuelta. Y este último verso termina de manera un poco abrupta, como una detención en una imagen, con esto: Montaña verde rodea nube blanca.
Con este verso estamos en presencia de dos metáforas, montaña verde y nube blanca, en una relación de metonimia. En primer grado, la imagen representa lo que el hombre ve efectivamente desde el medio del lago cuando él se da vuelta. La montaña figura entonces el ser que permanece allí, en la orilla, es decir la mujer; mientras que la nube, símbolo de la errancia, figura el ser partiendo, es decir el hombre. Pero en un grado más profundo, hay como un vuelco de la mirada. pues en el imaginario chino, desde siempre, la montaña pertenece al Yang y la nube al Yin. En ese caso, la montaña designa al hombre y la nube a la mujer. El verso entero parece hacer oír la voz interior de cada protagonista. El hombre-montaña parece decir a la mujer: Estoy en errancia, pero permanezco fielmente allí, cerca de ti, y la mujer-nube parece responder al hombre: Estoy aquí, pero mi pensamiento se hace viajero contigo. En realidad, en un grado más profundo aún, ese último verso dice lo que por pudor o por impotencia la mujer no llega jamás a decir con un lenguaje directo y denotativo: toda la relación sutil e inextrincable entre hombre y mujer. Según los chinos, la nube nace de las profundidades de la montaña, primero bajo la forma de vapor, el cual subiendo hacia el cielo se condensa en nube. En el cielo, puede bogar un instante a su antojo, pero vuelve hacia la montaña para rodearla. Está dicho en el verso: Montaña verde rodea nube blanca. El verbo rodear, no marcado aquí, puede ser activo, en el sentido de rodear, o pasivo, en el sentido de ser rodeado, de manera que el verso significa a la vez la montaña rodea la nube y la montaña se deja rodear por la nube. Un enlace alternando
activo y pasivo, o inversamente. ¿Eso es todo? No del todo. Hay que quebrar el pudor señalando el hecho que la nube vuelve a caer como lluvia sobre la montaña. Este hecho tiene un sentido más profundo y un alcance más amplio que lo que se piensa. Ciertamente, se sabe que en chino la expresión nube-lluvia significa el acto sexual. Es muy interesante pero podemos ir más lejos. La nube que se eleva de las entrañas de la montaña, que sube al cielo y vuelve a caer como lluvia para realimentar la montaña, encarna de hecho el inmenso movimiento que enlaza la Tierra y el Cielo. Desde esta óptica, se vislumbra un poco el misterio de lo Masculino y lo Femenino. La montaña verde, levantada entre tierra y cielo, entidad aparentemente estable, es precaria sin embargo, estando bajo la amenaza de perder su cualidad de verde si ella no es alimentada por la lluvia. En cuanto a la nube, una entidad aparentemente frágil, es tenaz. Aspira a tomar múltiples formas porque lleva en sí la nostalgia del infinito. A través de ella, lo Femenino busca -al desgarrarse el corazón- decir lo infinito que no es otro que su propio misterio."

François Cheng, "Lacan y el pensamiento chino" en Lacan, el escrito, la imagen, Ediciones del Cifrado, Buenos Aires 2003